Esta masía de turismo rural está situada en el corazón del Apulia, a unos pocos kilómetros de distancia del aeropuerto, de Bari, de Alberobello y del sugestivo Castel del Monte (mapa), en una encrucijada de tradiciones culturales enológicas y gastronómicas que conviven con una naturaleza áspera y dulce.
Su posición es particularmente favorable: la Masía es un excelente punto de partida y de llegada para las excursiones en los centros turísticos pulleses de interés naturalista y cultural.
Espléndida estructura del siglo XIX, reestructurada con cuidado y en el respeto de las antiguas arquitecturas, es el lugar ideal para pasar horas de quietud, paseando lentamente entre hileras de viñedos o en la Lama, característica conformación del suelo atravesada antaño por un curso de agua, en la sombra de un boscaje de encinas, en plena vegetación mediterránea.
Los huéspedes también pueden disfrutar de nuestra nueva piscina que respeta el medio ambiente y para los materiales y los colores utilizados, tanto para la purificación que se lleva a cabo utilizando la sal del mar y el cloro.
La masía es un extraordinario punto de partida y de llegada para pequeñas y grandes excursiones, un refugio acogedor y confortable no sólo para un visitante de paso sino también para quien quisiera pararse durante un período más largo al descubrimiento de las bellezas de la tierra de Apulia.
Su ubicación, al igual que muchas pequeñas aldeas del sureste de Bari, le permite al visitante un interesante viaje al descubrimiento de bellezas paisajísticas y culturales:
– la rica Bigetti, ciudad conocida por los ajuares alfareros de su necrópolis, cuyos hallazgos sepulcrales son fechables entre finales del siglo siglo VII y el siglo IV a.C.;
– la torre bizantino-normanda, de 34 metros de alto y con base cuadrangular de 8.3 x 8.3 metros de ancho; – el antiguo burgo en que pueden admirarse las callejuelas medievales con sus típicas casas blanqueadas cuyos estratos de yesones dan una idea de la vetustez de dichas viviendas, al lado de los palacios señoriales: Antonelli, De Franceschis, Pappalepore, dei Diamanti (de los Diamantes), todos ellos fechables entre el siglo XVII y el siglo XIX.
La maestría de los artesanos así como la excelente calidad de la arcilla dan nacimiento aùn hoy en día a los llamados “figuli”, una preciosa vajilla en terracota que exalta el sabor del alimento, regalándole una cocción del sabor antiguo.
El visitante no podrá sino quedar encantado por la belleza áspera y al mismo tiempo dulce del territorio: suaves colinas, paisajes soleados y pétreos que se van perdiendo hacia la línea del horizonte, ahí abajo, hacia el mar.
En los alrededores, un mar cristalino, donde costas arenosas alternan a acantilados impresionantes: Bari, Torre a Mare, Polignano a mare, Monopoli, la blanca Ostuni, la espléndida Valle de Itria y aún las Grutas de Castellana, los Trulli de Alberobello, Locorotondo, Cisternino regalan paisajes sugestivos diseminados de piedra y tapias de mampostería en seco a pérdida de vista, donde el blanco de las casas contrasta con una naturaleza salvaje.
Castillos y torres normandas, misterios medievales y atmósferas fuera del tiempo, maravillosos basílicas, pequeñas iglesias rurales trazan un itinerario turístico a medida del visitante.
Este alojamiento se puede cotizar a nivel individual. Pida información sobre precios.
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